Partiendo de Jaén (en total son 40 Km. y
45 minutos), iremos hasta Mancha Real
y tomaremos la carretera de Jimena
(A320). Tras cruzar Jimena, a su salida
existe una bifurcación, tomaremos la
derecha, que es la carretera de
Albanchez (JA3105) y donde radica la
Ermita de Cánava. Existe además, junto
a la subida a la cueva, un polideportivo,
abierto al público donde, quienes no
elijan otra opción pueden disfrutar del
campo de futbito (con porterías y red).
Ermita de Cánava
En el denominado "Cánava", lugar de
recreo, con mucha sombra y varias
fuentes y una ermita construida en honor
a la Virgen de los Remedios: Un pastor,
Luis Martínez encuentra la imagen,
escondida en una cueva ”desde tiempos
moros”, en el año 1600. En este lugar se
edificó templo, concluido en 1.683 y
reconstruido en el año 1.900. Es un lugar
delicioso para ir con niños pequeños.
A pie de carretera y junto a la Ermita
existe una fuente con una inscripción en
piedra procedente de un antiguo molino
de pan existente aquí y dice:
"El Exmo sr marques de camarasa
sr desta villa mando reparar este molino,
siendo corregidor deste estado el sr don
ioseph de León Bera y mayordomo el sr
licenciado Bernabé de Ortega. Se acavo
en treinta de junio año de 1699,
fue el maestro Luis de las Cabadas".
Pinar de Cánava (Monumento natural)
El camino se inicia por detrás de la
Ermita de Cánava en Jimena, zigzagueando
por el barranco del arroyo de
Cánava. Este tramo, aunque corto,
supone un esfuerzo considerable pues
es una pendiente pronunciada (10%). En
mitad de la subida podemos hacer una
pequeña parada en el Corral de la
Cuesta. Desde aquí se observa, a la
derecha el Lanchar, zona de suelo
pedregoso donde apenas existe
vegetación y al fondo, una buena vista
del valle de Cuadros con olivares y
balsas de riego salpicando todo el
paisaje. Destaca al frente la Serrezuela
de Bedmar, y en días claros, a su
izquierda se puede observa el Yelmo,
una montaña desnuda de la Sierra de
Segura que se encuentra a 200 km de
Jaén.
Siguiendo el ascenso por la Cuesta,
llegamos a un bosquete espléndido, con
pocos en número, pero de enormes
proporciones; magníficos ejemplares de
Pino Carrasco, autóctonos (no procenla
dentes de repoblación) de gruesos
troncos y retorcidas ramas por el paso
de los más de 400 años de vida que se
les atribuyen.
Al finalizar el pinar se llega a un pequeño
collado plantado de olivas y almendros;
a su derecha, un viejo cortijo abandonado. A
los pocos metros y siguiendo el
camino principal se observa un indicador,
que señala el acceso a viejas
canteras abandonadas.
Cueva de la Graja
Podemos dejar el vehículo en la ermita y
dirigirnos andando hacia el polideporti-
vo que se sitúa bajo la zona donde se
encuentra la cueva. Hay que pedir la
llave de la misma en el Ayuntamiento de
Jimena, pues existe una verja.
En realidad no se trata de una cueva,
sino de un abrigo poco amplio cuyo
acceso está cerrado por una verja. Las
pinturas de esta cueva se descubren en
1902. En 1924 se catalogaron como
monumento histórico nacional. Se
debieron dibujar en el tercer milenio aC
(hace unos 5.000 años) y a pesar de su
mal estado de conservación y deterioro
(sólo los grupos fuera del alcance de la
mano humana permanecen en un
aceptable estado de conservación),
constituyen un verdadero tesoro
artístico, demostrándonos que los
hombres no sólo eran constructores de
utensilios, sino que eran capaces de
representar gráficamente sus concepciones
espirituales, dando prueba de la
evolución de su inteligencia.
El grupo más interesante está a la
izquierda, a unos 3 m del suelo con gran
cantidad de personajes de diferentes
tamaños, con tocados de plumas y
brazos en jarras, además de diversas
figuras de animales, dos toros, cabras y
unos ojos con rayas zigzagueantes,
presumiblemente una divinidad. Lo que
da carácter ritual a la pintura y se
relaciona con la petición del grupo a la
diosa para su pervivencia como grupo a
través de la caza y la ganadería. A la
derecha del covacho, se aprecia una
figura humana alimentando a dos
cabras.
Nota: existe una pendiente notable en la
ascensión y para los profanos en la
materia, puede suponer cierta decepción
la visita pues, ni la cueva ni las
pinturas son excesivamente atractivas o
vistosas para ojos inexpertos como los
nuestros; aunque eso sí, el ascenso es
bonito y la vista desde arriba excepcional.
Lugares de interés cercanos: "Los Caracoles, Puerto y fuente de Trisla o Pilar de Pilas, Albanchez de Mágina."
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